Mención Honrosa
Ese día escarchó tanto que podías dibujar en los vidrios de la ventana raspando el hielo y retirar los cachitos de escarcha que se formaban en el techo de la casa. En el Zanjón Río de la Mano no existía locomoción. Ese día teníamos que ir al Hospital Regional con mi abuela Filomena y la tía Blanca. Nos pusimos nuestros pañuelos de cabeza y medias pantys en los zapatos, un tarro de cenizas en las manos y partimos por calle Serrano apoyándonos entre nosotras, riéndonos y a cada paso tirando ceniza para poder avanzar.
Sandra Quezada Uribe, 56 años
Punta Arenas
Ilustración: Antonia Ríos