Mención Honrosa
La caricia del viento escuece la carne, las borrascas son del cuerpo y del alma. Pensamientos tormentosos me siguen. Hablo extrañas lenguas (mi propio enemigo soy yo). La oscuridad nos envuelve (agosto). Puerto de Hambre (carta topográfica). Seguro este diario se lo comerán las ratas. Delirios de esa lejana isla. El peso del metal del revólver es un placer momentáneo. Silencio. Un segundo eterno. Muero. Revivo. Agonizo. Soldados recién llegados, en la quietud de esta bahía, excavan mi tumba. En el instante final, gansos patagónicos graznan en el cielo encumbrando al norte, un norte para mí, eternamente prohibido.
Carolina Berrocal Gutiérrez, 36 años
Punta Arenas
Ilustración: Alejandro Délano Águila