Mención Honrosa
La gente no se explicaba cómo don Efraín mantenía el negocio entre tanto desastre. En las puertas de cada comercio las filas eran de varias cuadras de largo, pero en los raros días en que él abría el almacén había de todo para todos. Mi abuelo decía que tenía un trato con los milicos. Mi abuela, con el Caleuche. Cuando don Efraín desapareció, mi abuelo lo acusó de comunista. Mi abuela, de brujo. Por su bien, espero que el pobre haya sido brujo.
Rodrigo Castro Villarroel, 43 años
Punta Arenas
Ilustración: Alejandro Délano-Águila