YÁMANA

MENCIÓN HONROSA

Me fue dado por Watauinewa sumergirme en las frías aguas del Canal Beagle. Usando como sedal mi pelo para obtener los frutos del mar para alimentar a mi familia, viví mil tormentas en la anan con mis padres. Entonces, me miré en los ojos color de mar del hombre piel pálida que me salvó de los loberos, y envejecí con él. Mis hijos se llaman Philip y John, no son yámanas ni extranjeros. Hoy con la complicidad de la noche interpelo mi pasado y solo son sombras tristes y difusas las que parecen responderme. Estoy quedando sola.

María Espicel Nahuelquín, 32 años
Punta Arenas

Ilustración: Rubén Sillard