Premio al mejor relato del futuro
La fría lluvia golpeaba sus caras curtidas por el viento. Sus espaldas encorvadas cargaban bolsos con lo necesario para la larga travesía hacia nuevos parajes. Cada día era un paisaje diferente. Su hogar algunas veces eran amplias pampas; otras, bosques quejumbrosos. Sus noches se veían animadas por las enormes fogatas e iluminadas por estrellas brillantes. Su alimento podía ser cualquier fruto que encontraran en el camino. Todo lo que tenían eran recuerdos de una época pasada, de una ciudad furiosa, confinada y enferma, a la que nunca volverían. Los nuevos nómades viajaban buscando un nuevo futuro.
Ximena Gamin Guzmán, 46 años
Punta Arenas
Ilustración: Diego Oyarzún