ELLA

Premio al talento joven

Omití el ruido de fondo y me concentré en verla. Quise saber, por un momento, sus historias. Ella estaba dormida, en una esquina. Entre las grietas de su piel pálida cruzaban los ríos. Sus manos sostenían uno que otro pueblo, con gente y problemas que sólo ella conocía. Sus ojos eran el cielo. Sus pulmones brindaban el viento más liberador, que torcía sus árboles. Y no olvido las nubes de tantos colores que nublaban sus ojos y las aves que revoloteaban en su cabeza. Acabé por aceptar, entonces, que sólo ella debe conocer sus historias.

Javiera Miranda Fernández, 15 años
Punta Arenas

Ilustración: Alejandro Délano