PRIMER LUGAR
Tenía nueve años cuando llegué a Punta Arenas. En aquel tiempo paseaba por avenida Bulnes y vi a un hombre muy alto corriendo de un lugar a otro, sin motivo aparente. Luego siguió su destino en dirección desconocida hasta que se perdió entre los arbustos de la plazoleta. Al preguntarle a mi madre –que me llevaba a cuestas de la mano– quién era aquél atlético hombre, me respondió: «Le dicen el correcaminos, siempre corre… nunca se detiene». Ambos nos quedamos viendo cómo se perdía en el horizonte. Treinta años después lo vi trotando frente a un mall chino.
Rodrigo Morales Cerda, 47 años, Punta Arenas
Ilustración: @leonorharris